sábado, 12 de mayo de 2012

Por en medio de tus “H-errores”


Por: Jose Echeverría

Ya se, Ya se… Errores se escribe sin H, pero cuantos no hemos escuchado que errar es de humanos. Todos lo hacemos, consciente e inconscientemente y puedo asegurarte que en lo que va del día ya hemos cometido más de alguno.

Pero ¿Puede alguien marcar una diferencia con su vida aun después de haber cometido un abrumador error? Esta es la clase de cuestionamientos que muchos nos hacemos luego de haber metido la pata” (como se dice chapínmente)

En la Biblia descubrimos mucha gente que fracasó, otros que por causa de su fe fueron llamados amigos de Dios, unos por su testimonio y algunos otros por su apologética fueron martirizados pero honrados por el Padre como recompensa de su ardua entrega, labor y pasión por Jesucristo.

Hace unas semanas, empecé a leer un libro escrito por John Pollock llamado: “El Apóstol – La vida de Pablo” donde relata de forma asombrosa cómo este hombre de baja estatura pero con voluntad ciclópea alborotó el mundo hablando de la altura, profundidad y la anchura del amor de Cristo.
Pablo, un hombre cuyo mensaje ha ejercido influencia sobre diecinueve siglos de la humanidad tuvo conflictos y se encontró con una persona que pudo “trascender después de su enorme fallo”
Me refiero a Juan Marcos, aquél que se equivocó dos veces antes de que finalmente entendiera las implicaciones de ser Discípulo de Jesús. No obstante, es posible que ese record sea mejor que el promedio, Juan Marcos nos muestra un buen ejemplo del hecho de que la gente no hace un impacto para Cristo cuando cae sino cuando se levanta por la gracia de Dios.
En la Biblia, conocemos mejor a Juan marcos por su segundo nombre, el cual identifica el Evangelio que escribió usando a Pedro como una de sus fuentes.
En ese evangelio nos ofrece un sutil cuadro de su propio discipulado incierto la noche que Jesús fue traicionado. Y es que (Marcos 14:51-52) menciona a un joven discípulo que huyó desnudo después que lo habían aprehendido.
Años más tarde Pablo y Bernabé estaban preparando su primer viaje misionero y escogieron a este chico para que viajara con ellos como ayudante. Durante el viaje se desanimó y volvió a casa. En la siguiente misión Bernabé quiso hacer un segundo intento con Marcos, pero Pablo se opuso. Los dos Gigantes se separaron. Pablo viajó por su cuenta pero Bernabé se quedó ayudando a Marcos a crecer en su fe. Entiendo sin ningún lugar a duda que es aquí, en esta parte de la vida de Juan Marcos, donde logramos comprender que el seguimiento, la restauración y la dedicación pastoral implican una importante repercusión y hace que los caídos se levanten en medio de un proceso obviamente doloroso pero al final eternamente glorioso. Casi al final, Pablo reconoció que Marcos había llegado a ser una verdadera adquisición para la causa de Cristo. Tomó tiempo, pero Juan Marcos hizo un impacto.

Todos cometemos errores. Y todos los errores tienen sus consecuencias, algunas malas, algunas buenas. Pero cuando tú “decides” seguir a Jesús descubres la necesidad de crecer a través de tus fracasos. El viaje a la madurez (el camino a marcar la diferencia) te lleva directamente por en medio de tus errores.

Cuando algún recuerdo, remordimiento o fantasma de tus equivocaciones venga a tu mente y te quiera hacer claudicar al llamado que Dios ha puesto en tu corazón, recuerda a Juan Marcos; aquel chico que huyó desnudo y abandonó a Jesús; aquel que se arrepintió a la mitad de un importante viaje misionero; no obstante fue el mismo que se levantó por misericordia de Dios y fue reconocido años más tarde por el Apóstol Pablo como “útil para el ministerio” (Por favor lee: II Timoteo 4:11)
Camina siempre al frente, pon tus ojos en Cristo y levántate cada día por la gracia y eterna misericordia de Dios. “Porque está permitido caer, pero está prohibido no volverse a levantar”





Pollock, John. “El Apóstol – La vida de Pablo” 2001 Editorial Vida
Op. Sit. La Biblia Extreme del Joven Radical – 2002 Editorial Caribe. Thomas Nelson, Inc. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario