lunes, 30 de abril de 2012

Lo que aprendí... con los headphones puestos (Parte II)

Por: Jose Echeverría


Luego de haberme colocado en el contexto histórico de todo el verso, comprendí que muchas veces no conocemos a Dios a plenitud. La versión que me encantó fue la Biblia ampliada en inglés y nos muestra que definitivamente tenemos que acercarnos a Dios para conocerlo mejor.

For now we are looking in a mirror that gives only a dim (blurred) reflection [of reality as in a riddle or enigma], but then [when perfection comes] we shall see in reality and face to face! Now I know in part (imperfectly), but then I shall know and understand fully and clearly, even in the same manner as I have been fully and clearly known and understood [by God]





 
Porque ahora estamos mirando en un espejo que le da sólo un tenue (borrosa) a la reflexión [de la realidad como en un acertijo o enigma], pero entonces [cuando llegue lo perfecto] le veremos en la realidad y ¡cara a cara! Ahora conozco en parte (imperfecta), pero entonces conoceré y entenderé  completa y claramente, incluso en la misma manera que he estado plena y claramente conocido y comprendido por Dios]

Conocer a Dios va mucho más allá de buscarlo todos los días, de leer su palabra, de orar, de ayunar, de hacer su voluntad. Y parece irónico, ya que podemos decir que es la mejor manera de conocerlo. Pero ¡NO!

El conocerlo excede nuestro entendimiento y claramente lo dijo Pablo. El pasaje de Efesios 3:17-18 expresa el deseo de que los efesios sean capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios  y la verdad es que...





“es tan ancho, tan profundo, tan … tan… sin palabras”







Regularmente se me hace tan fácil escribir, pero cuando se trata de Dios, su amor y todo a lo que él concierne, me quedo corto, ya que Cristo es el Nuevo Hombre, el Hombre Espiritual, que, a diferencia de nosotros, no sólo tiene estatura, o anchura, sino que tiene todas las maravillosas dimensiones de la nueva creación.
Fue entonces que aprendí a que debo conocer a Dios, acercarme a Él. No de la misma manera en la que estamos acostumbrados a hacerlo. Cantando algunas alabanzas, leyendo su palabra, orando y ayunando. Sino que también debo experimentar su carácter, conocerme a mi mismo para conocer a Dios y sus propósitos. Pulir mi carácter y entender que cuanto más aprendo del Señor más voy decepcionándome de mí mismo, más voy desvaneciendo mi intelecto y menguando mi forma de ser para que Él se refleje en mi.


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