lunes, 24 de junio de 2013

En espíritu y en ... ARTISTA


Por: Jose Echeverría Jr.


Hoy mientras desayunaba y leía mis notificaciones, encontré en twitter un comentario de Julio López Carranza, para los que no están familiarizados con el chico; es un locutor súper alegre de Radio Viva 95.3 fm. En Ciudad de Guatemala. Pero lo que me sorprendió fue lo que publicó: “¿Por qué se alarman con la palabra ARTISTA en el medio cristiano? Artista: es aquella persona capaz de evocar sentimientos, mediante arte”.


Al principio me causo risa, pero después de analizarlo un buen momento junto a mi taza de café, la seriedad y preocupación salió a flote. Me puse a pensar: ¿hasta dónde ha llegado el sincretismo en la cristiandad? Es obvio que hoy en día todos tratan de conciliar doctrinas y pensamientos distintos sin coherencia sustancial.
Quiero ser breve y exponer mi punto de vista. Un artista, sino se cuida, está a un paso de convertirse en ídolo. Ídolo es todo aquello que ocupa o pretende ocupar el lugar de Dios y eso está mal.

El señor claramente pide adoradores en espíritu y en verdad. Muy distinto fue cuando Dios pidió “Artistas” como Bezaleel para la elaboración de adornos del templo en los tiempos del éxodo. Dios mismo dotó a Bezaleel con el Espíritu Santo para ser un Gran Artista.
¿Evocar sentimientos mediante el arte? ¡Por favor! Dios no quiere emociones, no quiere sentimentalismos. Quiere “ESPIRITUALIDAD Y VERACIDAD”

¿Qué artista trabaja Gratis? Yo que me muevo en ámbito del diseño gráfico he leído anuncios como: “Soy artista y no regalo mi trabajo” “Todo arte es pagado” en fin, ahí radica uno de los problemas de ser artista. Ahora, como no falta más de alguno que diga en este preciso momento: -“pero Pepe, Cada obrero es digno de su salario” Ok, ok está bien. Un salario para cada “servidor de Cristo” es lo más lógico, justo, conveniente y hasta bíblico. Pero luego no vayan a estar cobrando hotel de cinco estrellas, avión de primera clase, helicóptero de la ciudad al interior y se atrevan a cantar “Que seas mi Universo” porque no se las creo.

Para terminar quiero con todo respeto decir que nadie me paga por escribir y mi opinión es solamente un celo por lo que siento hacia el ministerio de Cristo. Como publiqué ayer:

“Dios es lo máximo, créanme. Los únicos que a veces caen mal son los dueños de su franquicia”

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miércoles, 23 de enero de 2013

¿Madurez o Madures?




Por: Jose Echeverría Jr.


     Si no sabes la diferencia entre “madurez” y “madures”, es porque quizás sea tiempo de que experimentes y madures. Aunque llegar a la madurez no garantiza saber cómo escribirlo, será necesario que aprendas a través de un diccionario.

A medida que los años pasan, cambia la voz, cambia el cuerpo. Algunos crecen más, otros nos quedamos en el término latino promedio (aunque suene a orgulloso me gusta aquel refrán: “Es bueno ser grande, pero es más grande ser bueno”). A muchas personas se les cana el cabello, algunos de nosotros lo perdemos. Quiero ser enfático en que a ese proceso se le llama desarrollo y en ningún momento puede ser considerado como señal de madurez o sabiduría. Conozco muchas personas, incluso mayores que yo, poseedoras de un carácter ridículamente infantil a pesar de la edad cronológica que tienen.

El libro de Santiago en su primer capítulo nos muestra que las pruebas o tal como nosotros decimos: “esos golpes” son los responsables de crear en nosotros un carácter maduro. Algunas circunstancias y eventos en la vida nos hacen ver las cosas de forma distinta y solemos decir con mucha prepotencia: “Ni que hubiera sido fácil” “Yo he madurado a muchos golpes” y ese es el concepto que menos deberíamos de usar y dicho sea de paso, es el concepto que menos sentido tiene. Ya que si lo decimos, no somos sabios y aún no hemos madurado.

Cometemos errores, tenemos fracasos a consecuencia de nuestras actitudes, aprendemos a no cometer los mismos errores haciendo cosas distintas o tomando rutas alternativas que suelen ser paralelas o convergentes al mismo resultado. Suena incoherente o quizás algo tonto pero muchos de nosotros hemos adoptado las mismas acciones del ratón en el laberinto.

Muchos creen que madurar es tener una novia, casarse, tener hijos, e incluso algunos de mis amigos piensan que tener más de una chica al mismo tiempo es ser maduro. ¡Por favor!
Tengo un dicho que ando repitiéndoselo a muchos de mis alumnos y músicos. “La actitud es el reflejo del liderazgo que nosotros estamos ejerciendo. Y el liderazgo es el reflejo de cómo aprendemos de nuestros errores”.

Muchas veces tratamos de cambiar o aparentamos ser sabios, maduros e inteligentes frente a personas que nos importan. Ese es otro de los peores errores que podemos cometer.
La madurez va más allá de actitudes, más allá de las formalidades, más allá del hecho de contar con un empleo o estar en la universidad. Ser maduro abarca muchas virtudes, cualidades y áreas que si se llegan a exagerar pueden convertirse en debilidades o grandes errores. Debemos ver las cosas desde la perspectiva de Dios y saber qué hacer; eso es madurar. Tú sabrás si la necesitas pero ¿cómo se adquiere?

No quiero ni pretendo enseñar a cómo madurar. Si quieres encontrar las mejores claves o técnicas para hacerlo te recomiendo que leas la Biblia. Ella nos enseña mucho, del mejor maestro.
Proverbios 9:10 dice “El principio de la sabiduría es el temor a Jehová”  en otras palabras, la sabiduría empieza con el respeto a Dios. Mientras más aprendas a respetar y obedecer al Señor. Más sabiduría tendrás. Recuerda que el respeto y la obediencia son dos acciones separadas. Respetar al Señor es saber que él conoce lo mejor e interesarse en lo que Él piensa; es consultarlo cuando estás en una difícil posición. La obediencia es un paso más allá del respeto. Obedecer al Señor es proceder según lo que te dice.

Este proverbio te enseña también a que si quieres adquirir más sabiduría necesitas “Conocimiento de Dios”. Conocer a Dios es mucho más profundo que saber acerca de él. Claro que como la madurez, el conocerlo no sucederá de la noche a la mañana. Y nadie lo conocerá por completo. Pero al pasar tiempo con Él finalmente empezaras a conocerlo más y a cambiar tus actitudes demostrando cada vez más madurez y sabiduría.
No importa la edad que tengas. Conocer a Dios, temerle y obedecer lo que Él demanda es la prueba más grande de Madurez y sabiduría.


Madurez.
Algunos la obtienen antes que otros



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sábado, 19 de enero de 2013

El Arte de Amar – Erich Fromm (1957)



Reseña del Libro por: Jose Echeverría Jr.



El simple hecho de leer “El arte de amar” me deja con muchas incertidumbres. Un libro que tiene un poco más de cien páginas y que su autor es en mucho asombroso. Ahora, en lo personal no me atrevería a hacer un resumen o un análisis descriptivo del libro sin antes conocer acerca del autor. Por eso me vi en la tarea de estudiar un poco más acerca de Erich Fromm.

Erich Fromm, un escritor alemán que trató de rescatar el arte de amar aun entendiendo que su contexto histórico y entorno político decía todo lo contrario. Ya que el libro fue publicado en 1957 justo al cabo y recuperación de la segunda guerra mundial y donde uno de los más grandes y despóticos líderes de ese tiempo hacía temblar el territorio Alemán ante su odio y repulsión contra el pueblo judío del cual Fromm toma a Jesucristo en alusión al amor de Dios en varios de sus capítulos. Como dato curioso, quiero resaltar que precisamente en ese año, en la Inglaterra afectada por la falta de amor y la guerra antisemita Nazi, El grandioso soñador de mundos mágicos y roperos encantados C.S. Lewis, estaba publicando a través de Fontana Books las amargas líneas de su libro “The Problem of Pain” – “El problema del dolor” donde nos muestra un panorama mucho más asombroso, verdadero y distinto del autentico arte de amar.

Erich Fromm nos describe el amor romántico, el amor de los padres hacia los niños, el amor fraternal, el amor erótico, el amor propio y el amor de Dios. Aprender a amar, sugiere Fromm, requiere de práctica y dedicación.

A inicios del 2012 tuve la oportunidad de leer un libro llamado: “A Lover of Unreason” – “Un Amante de la Sinrazón” y menciona que Sylvia Plath había leído “El Arte de Amar” mientras que ella y su esposo Ted Hughes, otro escritor famoso, tenían problemas maritales. Como buen lector y escritor, sin olvidar la admiración que guardo hacia lo que escribe Plath no dudé en leer este libro en cuanto me lo mencionaron. Si ella lo leyó, yo también tendría que leerlo.

El prefacio de Fromm inicia explicando que este libro quiere mostrar que el amor no es un sentimiento que puede ser fácilmente entregado a cualquier persona, independientemente del nivel de madurez alcanzado. Quiere convencer al lector que todos sus intentos de amor están destinados al fracaso a menos que primero se ame a sí mismo y desarrolle su total personalidad. ¡Eso es bueno!

El arte de amar y comprometerse plenamente con alguien requiere como prioridad el comprometerse con uno mismo para estar del todo cómodo con nuestros sentimientos, apariencia física y muchas cosas más.  Al final y como consecuencia podremos evitar la proyección de nuestras propias inseguridades sobre aquellos que nos rodean.
A pesar de que es un libro asombroso y estando bastante seguro de a dónde quiere Fromm llegar. Por desgracia, no parece llegar a ese punto a lo largo de sus escritos.

Definitivamente no es un libro recomendado para aquellos que sostienen relaciones sin compromiso alguno y menos recomendado para aquellos que buscan un pronto y positivo progreso en medio de una relación que se está despeñando al fracaso. Fromm se enfoca más en los tipos de amor, más que en la práctica de ese arte.

Yo sé que la lujuria y el deseo carnal pueden llegar a confundirse absurdamente por el amor y sé que hoy en día, lastimosamente, el amor de los padres es condicional. Conozco que el amar a tu prójimo y a tu enemigo incluso, es imperativo y es digno de todo aquel que ama a Dios. Pero muchas de sus ideas con respecto a la sexualidad pueden ser absurdas e incluso anticuadas para los que tienen un pensamiento liberal y más cuando se dan cuenta de la fecha en que este libro fue escrito. Fromm dice que la atracción sexual no es solo motivado por la eliminación de la tensión, sino sobre todo el precisar de la unión con una persona y la necesidad de amarla de por vida. Una idea que para muchos pueda parecer errónea y que simplemente al final irán a desligar la intimidad sexual del amor.

Pasando de esto, me encuentro con uno de sus más grandes errores (y de muchos padres también) algunos puntos de vista sobre la paternidad sugieren lo siguiente:
        
“El amor paternal es el amor condicional. Su principio es: Te amo porque cumples con mis expectativas y al final haces las cosas porque eres como yo”

Sé que la mayoría de los padres son así. Pero no todos son así. Si ese hubiera sido el caso, mi padre me habría repudiado hace mucho tiempo por la hermana menor que tengo.
Desafortunadamente en nuestra época también existen madres que no tienen esa conexión con su bebe al momento de la noticia de que están embarazadas. Me temo que no sucede a veces, especialmente con los casos de depresión post-parto y algunas madres simplemente no lo sienten de inmediato. Puede tomar tiempo y en este caso Erich Fromm nos plantea un panorama distinto.
Fromm nos muestra el amor que deberíamos vivir como el que se refleja en las películas euro-americanas y no como en los cuentos de hadas, en su buena intención de hacernos ver que la decisión más grande del hombre mueve al mundo, se desliga por completo de la práctica diaria y se enfoca en las figuras que deberíamos seguir. Un libro que parece mostrarnos lo que deberíamos de hacer y batallamos por encontrar. Aquel amor que se presenta ante nosotros diariamente bajo la luz del sol y reflejado en el sacrificio más grande de la historia de un humilde redentor y para fortuna de todo lector, es solo cuestión tiempo el analizar y entender que el amor se resume en hacer todo lo que él hizo y nos enseñó. El amor es dar todo, entregar todo, sin esperar ser correspondido. Ese es el verdadero arte de amar. 


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jueves, 12 de julio de 2012

24 años después…



Por: José Echeverría Jr.


Cuando tenía trece años, (si, sé que dirán que eso fue hace mucho tiempo, pero es menos de lo que se imaginan) tuve la oportunidad de conocer a una persona que Dios ha usado para que finalmente yo pudiera entender muchas cosas en mi vida espiritual. En ese entonces no sabía la repercusión que él haría varios años después. Hoy en día es mi catedrático de “Criterio” en Destino Internship Program. Su nombre es Marvin Montoya (En la fotografía a la derecha se encuentra con su Esposa y su hija) con toda seguridad puedo decir que es un gran Siervo de Dios, a quien admiro y amo en Cristo.

Por lo general a Marvin le gusta atormentar a todos mis compañeros con ensayos y con la literatura. Yo en lo personal me disfruto sus clases.

La semana pasada nos lanzó un interesante reto. Escribir un ensayo de cómo nos vemos a los 50 años de edad. En mi caso y a diferencia de muchos eso será dentro de 24 años.   Así que tomé papel y lápiz y comencé a escribir.

Pero antes de que leas mi ensayo me gustaría preguntarte:
¿Te has imaginado tu vida a los 50 años?
Creo que yo no había llegado tan lejos, sin embargo luego entendí cómo los propósitos de Dios encajan de forma sorprendente en nuestro futuro. Y no existe nada más hermoso que abandonar ese futuro en las manos de Dios.


Un Sol otoñal se oculta tras las cúpulas de roca talladas a mano. El color del atardecer combina bien con el tono naranja de los monjes budistas en Angkor Wat, ubicado a pocos kilómetros al norte de Phnom Phen, Capital de Camboya.

Quien diría que precisamente hoy 5 de octubre del 2036 me encontraría al lado de mi familia por vigésima vez en la tierra que Dios nos permitió visitar mucho tiempo atrás, con el propósito de ayudar a muchas personas y compartir el mensaje de salvación. Puedo decir sin temor a duda que amo lo que hago y lo hago porque “lo amo”

Mi familia y yo, actualmente trabajamos en Guatemala. Dedicamos nuestra vida y nuestro tiempo completo a preparar, capacitar y discipular líderes y jóvenes dispuestos a viajar, dar su talento y capacidad en las misiones transculturales. Recuerdo bien que en mi juventud, mi vida fue transformada, al igual que muchos de estos muchachos, solo que Dios habló de forma directa a mi corazón durante la etapa final del primer año de Destino Internship Program. Sin embargo nuestra visión como familia se expandió más allá de lo que imaginábamos. Hoy en día contamos con varios misioneros jóvenes, que nosotros mismos hemos capacitado y enviado aquí a Camboya y en otras naciones de la ventana 10/40. Es por eso que nos encontramos en unas de las visitas anuales que realizamos como ministerio y familia para darles el seguimiento a nuestros muchachos y las iglesias que se han estado abriendo a lo largo de estos 25 años.

Entiendo bien que, han pasado varios años de mi vida. He visto crecer a mis hijos al lado de mi incomparable, maravillosa y fiel esposa. El tan solo verla sonreír me hace ser el hombre más feliz del universo. Hoy pude contemplar su mirada mientras caminamos rumbo a Kampong Chhnang con la expectativa de ver a nuestros hermanos en la Iglesia Central. Comprendí luego de varios años que, fue Dios el que interfirió en mi vida... de la mejor manera... Dios irrumpió con la compañía de mi esposa en el corazón... Dios trastornó mi entorno y lo convirtió en una Sinfonía de su amor reflejada en la mirada más dulce de su princesa ¡más hermosa! Y eso no es todo, ya que en cuatro meses nace nuestro primer nieto y eso me hace sentir emocionadamente feliz, nervioso pero comprometido también, a ser un ejemplo de amor y servicio a Dios con mi siguiente generación.

El sol se ha ocultado más y es hora de descansar, queda un largo camino por recorrer. En un par de semanas regresaremos a nuestro país para continuar lo que Dios ha encomendado en nuestras manos. Hoy sin lugar a duda puedo citar las palabras de Pablo y decir que, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante,  prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús (Filipenses 3:13-14)

viernes, 22 de junio de 2012

Cada pieza en su lugar


Por: Dra. PaolaTax

He pasado casi la mitad de mi vida, tratando de descifrar lo que Dios quiere para Mí. En las noches, mi cabeza da vueltas, al ver todos esos sueños, esos anhelos, mis metas, todo lo que siempre he soñado alcanzar....

Pero he llegado a la conclusión que lo ÚNICO que realmente vale la pena, es Vivir para Dios, que no se trata "de lo que YO quiera", si no de lo que Dios quiere PARA MI. Tengo un largo camino que recorrer aun, pero de algo puedo estar totalmente convencida y es que Dios tiene un plan Perfecto para mi futuro, que el "Rompecabezas" de mi vida, está siendo armado pieza a pieza, pacientemente colocado por Dios y en el lugar correcto, donde cada circunstancia, proceso y bendición de parte de Él encaja PERFECTAMENTE. Al final, podré ver el gran y hermoso paisaje que Dios ha hecho de Mí

viernes, 15 de junio de 2012

Tu más grande admirador


Por: Jose Echeverría 

Cuando mi odontóloga empezó a contarme que había leído un artículo de Joyce Meyer que hablaba al respecto de “un corazón perfecto” inmediatamente vino a mi pensamiento la historia de Job que se encuentra en la Biblia. Luego les cuento por qué. Al llegar a casa tomé el diccionario y busqué la palabra “PERFECTO” esto me llevó a buscar la palabra “BELLEZA” y a pesar de que leí muchas definiciones nada me dejó satisfecho. Y es que a mi parecer la perfección va más allá de la estética y la belleza.

Recuerdo bien que mientras estuve estudiando en México; tuve un amigo que siempre me decía: “no existe persona fea, solo belleza extraña”. Pero definir la perfección es un poco complicado.
No se si ustedes tengan conocimiento de que nuestra cultura está influenciada por el pensamiento griego. Aquellas personas importantes y grandes filósofos, que tiempo atrás admiraron y adoraron los cuerpos esbeltos, figuras marcadas por los esfuerzos olímpicos y que a lo largo de los años, estos mismos estándares ridículos fueron adoptados por nosotros como lineamientos para calificar la belleza y la perfección. En su supuesta “sabiduría” nos hicieron ignorantes, tontos y superficialmente materialistas para entender lo que estas cualidades propias de cada persona significan.

Dios en cambio, admira la belleza y la perfección de un modo distinto. Su palabra dice por ejemplo que: "hermosos" son los pies de los que anuncian la paz o que el corazón alegre hermosea el rostro, entre muchos más. Sea como sea, Dios protege y ama a aquellas personas cuyo corazón es honesto delante de Él y qué mejor belleza y perfección que la honestidad, la rectitud y la humildad.

Si tu corazón es recto delante de Dios no tienes nada que hacer para ser perfecto o mortificarte a ti mismo tratando de hacer lo bueno todo el tiempo. Una persona que tiene un corazón según el deseo de Dios sabe que no es perfecta. Se da cuenta que su única esperanza viene del hecho que Jesús murió para hacer que todas las cosas le fueran posible.

Admitir todo esto requiere humildad. Esta es una palabra que a la gente no le gusta usar quizás porque el cuadro más común que se cree de la humildad es el de una persona apocada que siempre está mirando al suelo. Pero para un verdadero sentido de la humildad y perfección absoluta, mira a Jesús. La humildad es uno de los aspectos más impresionantes de su personalidad.

Dios busca corazones que sean humildes. El humilde es la clase de persona que Él puede usar para que el trabajo se haga. Él protege a la persona en una manera especial, la hace perfecta porque sabe que esa persona está lista para hacer lo que Él quiere.

Muchas veces creemos que nuestro valor o perfección provienen de nuestras calificaciones en la escuela, universidad, promociones laborales o un gol durante el partido de soccer, pero no es así. Tales logros pueden ser muy grandes e importantes, pero no te hacen perfecto ni más aceptable ante Dios. Aun cuando lo intentaras, tú no podrías hacer que Dios te ame más de lo que ya te ama. Él te ha amado por completo desde la primera vez que pensó en ti.

“Dios es tu más grande "admirador" y eso te hace perfecto”.
 Cuando se habla de este tema muchas personas, particularmente músicos y ministros de alabanza piensan inmediatamente en el “Rey David”, aquel hombre cuyo corazón fue conforme al del Señor. Pero en lo personal Job fue un hombre cuyo corazón fue hermosamente perfecto.

Job fue una persona que no solamente decía “Dios es bondadoso” cuando sucedía lo bueno. También decía: “Dios es bueno, la vida es dolorosa pero, ÉL SIGUE SIENDO BUENO” eso es asombroso ¿apoco no?

Job nos recuerda que el hecho de que no siempre entendamos los procesos de Dios o la vida por dura que sea, no significa que Dios no sea quien dice ser. A través de la vida de Job entiendo al final que un corazón perfecto se resume en aquel que anhela agradar al Señor en todo, sin importarle nada. 

En conclusión, creo que para llegar a tener un corazón perfecto debemos hacer a un lado todas las imágenes que tenemos de los personajes de la Biblia como David e incluso Job y fijar nuestra atención directa y perpetuamente en Jesucristo, un hijo totalmente conectado con el Corazón Perfecto del Padre.

Se humilló a Sí mismo,  haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también Le exaltó hasta lo sumo,  y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos,  y en la tierra,  y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor,  para gloria de Dios Padre” (Filipenses 2:8-11




lunes, 21 de mayo de 2012

RELIGIÓN ¿Mito o Necesidad?


Por: Ariel Alejandro Segura

Quiero dejar bien en claro que soy cristiano, pero por muy contrario que parezca quiero empezar con una cita que podría poner en tela de juicio mi declaración de fe.

“La religión es el opio del pueblo”.
                                                           Carlos Marx

Otra afirmación que podría negar mi credo es: “Estoy totalmente de acuerdo con lo que este hombre dijo”.
A pesar de que esta idea pueda sonar totalmente contraria al hecho de que pueda llamarme Cristiano quiero utilizarla para reforzar el hecho de que no sólo creo en Dios, en Jesús y en el Espíritu Santo, sino también le creo A Dios, A Cristo y Al Espíritu Santo.
Según la Real Academia Española la religión se define así: f. Conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad, de sentimientos de veneración y temor hacia ella, de normas morales para la conducta individual y social y de prácticas rituales, principalmente la oración y el sacrificio para darle culto.
Para mí la religión como está sintetizada en esta definición no llega siquiera a la calificación de mito.
Dios lo que busca de los seres humanos es una relación, no que cumplan una serie de leyes o algo por el estilo. En este caso no podríamos llamarlo “Padre” sino que lo más adecuado sería llamarlo “Mi General” o “Mi Sargento”
Dije que estaba de acuerdo con Carlos Marx por lo siguiente: La palabra “religión” tiene la sombra de una palabra que es  derivada de ella misma, la palabra “Religiosidad”.
La Religiosidad es lo que ha hecho que como cristianos perdamos crédito como hijos de Dios. Es lo que ha hecho que parezca que Cristo es simplemente una emoción dominical y no la solución integral, también que el hecho de ser cristianos es sólo cambiar de vocabulario, es decir, que en vez de un coloquial “vos” muchas veces digamos “hermano”, que en vez de exclamar un “Si!” cuando logramos algo digamos “Aleluya!”; también implica el hecho de que se limite a una actitud de un día y que el resto de la semana seamos lo que nuestra naturaleza y nuestros impulsos nos llaman a ser.
La Religiosidad muestra que Cristo es sólo lágrimas, gritos y risas acompañadas de un Amén al final de cada frase de otras personas. Lastimosamente la misma ha hecho que la hipocresía se cuele en las iglesias.
Aclaro, con decir iglesias no me limito a 4 paredes, sino a los templos del Espíritu Santo: Los seres humanos (1ª Corintios 3:16).
En síntesis la religiosidad oculta en la religión sí es el opio del pueblo, pues nos hace vivir en un estado irreal donde ni siquiera sabemos qué somos, perdemos totalmente nuestra identidad y nos volvemos tibios, cosa que a Dios le da nausea.
“Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. Ojalá fueses frío o caliente, Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.”
Apocalipsis 3:15-16



Ahora digo que la Religión es una necesidad únicamente si la enfocamos hacia el punto que es un estilo de vida formado a través de una relación íntima, personal y apasionada con Dios, dejando de lado la hipocresía, buscando dar amor a los que más lo necesitan sin recibir nada a cambio, y siguiendo la guía directa de Aquel que nos creó.
Muchos cuestionarán esta declaración trayendo a colación los “Mandamientos”, o afirmando que prescindiendo de Dios se puede hacer el bien a los que en verdad lo necesitan.
Pensándolo bien es cierto, sin Dios se puede hacer el bien.
Y sí, existen los mandamientos.
Sin embargo esto no hará que yo vaya al cielo (Efesios 2:8-9), sino que lo único que me hace tener vida eterna es conocer A Dios. (Juan 17:3)
Y muchos podrán decir que hacen el bien sin Dios, lo que no saben es que haciéndolo le obedecen y le honran (Romanos 13:9-10).  A esto añádanle que Dios es amor. (1a Juan 4:8)
Si empecé citando a alguien contrario al cristianismo ahora cierro citando la Palabra de Dios. Y dejando que sea ella que hable pues creo que yo ya hablé demasiado.
De esta manera la religión ES UNA NECESIDAD:
“La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones,  y guardarse sin mancha del mundo.”
Santiago 1:27 (Reina-Valera 1960)