lunes, 21 de mayo de 2012

RELIGIÓN ¿Mito o Necesidad?


Por: Ariel Alejandro Segura

Quiero dejar bien en claro que soy cristiano, pero por muy contrario que parezca quiero empezar con una cita que podría poner en tela de juicio mi declaración de fe.

“La religión es el opio del pueblo”.
                                                           Carlos Marx

Otra afirmación que podría negar mi credo es: “Estoy totalmente de acuerdo con lo que este hombre dijo”.
A pesar de que esta idea pueda sonar totalmente contraria al hecho de que pueda llamarme Cristiano quiero utilizarla para reforzar el hecho de que no sólo creo en Dios, en Jesús y en el Espíritu Santo, sino también le creo A Dios, A Cristo y Al Espíritu Santo.
Según la Real Academia Española la religión se define así: f. Conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad, de sentimientos de veneración y temor hacia ella, de normas morales para la conducta individual y social y de prácticas rituales, principalmente la oración y el sacrificio para darle culto.
Para mí la religión como está sintetizada en esta definición no llega siquiera a la calificación de mito.
Dios lo que busca de los seres humanos es una relación, no que cumplan una serie de leyes o algo por el estilo. En este caso no podríamos llamarlo “Padre” sino que lo más adecuado sería llamarlo “Mi General” o “Mi Sargento”
Dije que estaba de acuerdo con Carlos Marx por lo siguiente: La palabra “religión” tiene la sombra de una palabra que es  derivada de ella misma, la palabra “Religiosidad”.
La Religiosidad es lo que ha hecho que como cristianos perdamos crédito como hijos de Dios. Es lo que ha hecho que parezca que Cristo es simplemente una emoción dominical y no la solución integral, también que el hecho de ser cristianos es sólo cambiar de vocabulario, es decir, que en vez de un coloquial “vos” muchas veces digamos “hermano”, que en vez de exclamar un “Si!” cuando logramos algo digamos “Aleluya!”; también implica el hecho de que se limite a una actitud de un día y que el resto de la semana seamos lo que nuestra naturaleza y nuestros impulsos nos llaman a ser.
La Religiosidad muestra que Cristo es sólo lágrimas, gritos y risas acompañadas de un Amén al final de cada frase de otras personas. Lastimosamente la misma ha hecho que la hipocresía se cuele en las iglesias.
Aclaro, con decir iglesias no me limito a 4 paredes, sino a los templos del Espíritu Santo: Los seres humanos (1ª Corintios 3:16).
En síntesis la religiosidad oculta en la religión sí es el opio del pueblo, pues nos hace vivir en un estado irreal donde ni siquiera sabemos qué somos, perdemos totalmente nuestra identidad y nos volvemos tibios, cosa que a Dios le da nausea.
“Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. Ojalá fueses frío o caliente, Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.”
Apocalipsis 3:15-16



Ahora digo que la Religión es una necesidad únicamente si la enfocamos hacia el punto que es un estilo de vida formado a través de una relación íntima, personal y apasionada con Dios, dejando de lado la hipocresía, buscando dar amor a los que más lo necesitan sin recibir nada a cambio, y siguiendo la guía directa de Aquel que nos creó.
Muchos cuestionarán esta declaración trayendo a colación los “Mandamientos”, o afirmando que prescindiendo de Dios se puede hacer el bien a los que en verdad lo necesitan.
Pensándolo bien es cierto, sin Dios se puede hacer el bien.
Y sí, existen los mandamientos.
Sin embargo esto no hará que yo vaya al cielo (Efesios 2:8-9), sino que lo único que me hace tener vida eterna es conocer A Dios. (Juan 17:3)
Y muchos podrán decir que hacen el bien sin Dios, lo que no saben es que haciéndolo le obedecen y le honran (Romanos 13:9-10).  A esto añádanle que Dios es amor. (1a Juan 4:8)
Si empecé citando a alguien contrario al cristianismo ahora cierro citando la Palabra de Dios. Y dejando que sea ella que hable pues creo que yo ya hablé demasiado.
De esta manera la religión ES UNA NECESIDAD:
“La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones,  y guardarse sin mancha del mundo.”
Santiago 1:27 (Reina-Valera 1960)

martes, 15 de mayo de 2012

Las Confesiones del Baño

Por: Jose Echeverría

Una de las experiencias agradables y emocionantes en la vida es cuando descubres, en esos días donde no quieres saber nada de nada, de que existe gente especial a tu alrededor y mejor  aun cuando descubres que tienen detalles, dones, talentos y gracias con las que también te identificas. Es el caso de una amiga que conocí meses atrás.
Ella es escritora, músico, catedrática de inglés y hasta podría apostar que le gustan las galletas y el café mañanero con un ligero toque de sobredosificación. Su nombre es Ana Gabriela Hernández y es columnista de un blog donde curiosamente te das cuenta de algunas muchas verdades incomodas y otras en lo particular muy gratas.
“Las confesiones del Baño” una página donde ella nos muestra que todas las personas son simplemente tal y como son dentro de ese espacio reducido y embaldosado que muchas veces se convierte en nuestra biblioteca o escondite favorito. Lo digo con toda seguridad ya que más de una vez he tenido que correr al baño, no por mala digestión solamente, sino también para escapar de mis pensamientos, para poder leer tranquilo o entender muchas veces que mis lágrimas son necesarias para asimilar el proceso que Dios está llevando a cabo en ese preciso momento de mi vida. Y fue justamente en el baño, un par de días atrás, donde pude analizar detenidamente acerca de la importancia crucial que tiene no solo el hecho de “Perdonar” sino también de “liberar”. Algunos pocos se cuestionarán: ¿Qué es perdonar? Y algunos muchos, con toda razón dirán: ¿Qué es liberar?
Mientras estaba en el baño, se me ocurrió revisar mi lista telefónica en el móvil. Deslizando el dedo lentamente de la “A” a la “Z”, recordaba detalles, vivencias, palabras y experiencias de la mayoría de mis contactos. Algunas veces me topé con nombres que ni siquiera recordaba y en otras me puse a reír cuando vi que tenía números de algunos restaurantes de comida rápida, empresas de servicio y atención al cliente de productos que he adquirido y sin faltar uno que otro número de personas que jamás en mi vida he llamado. De pronto  encontré el número de teléfono de la compañía en donde yo trabajé anteriormente. Un escalofrío horrendo recorrió mi espalda y parecía haber tragado un puño de arena. Imágenes y fragmentos de viejos recuerdos en forma de video vinieron a mi pensamiento, todo esto con mezclado con aromas, colores y el High Definition que todos poseemos en nuestra mente provocaron que mis ojos se cristalizaran y que una sensación de incomodidad me invadiera debido a las malas experiencias que tuve en ese lugar.

Luego de haber tenido una horrible y abrumadora sensación me pude dar cuenta que no había podido perdonar a totalidad. El rencor que yo había guardado durante bastante tiempo no había sanado. Guardaba mucho resentimiento en contra de muchas personas que habían lastimado mi corazón en aquella empresa.
Relatar todos los sucesos me tomaría mucho tiempo y este artículo va enfocado directamente al hecho de “perdonar” y no contar de cómo fue el proceso.
El haber vivido esto en carne propia me hizo entender que el perdón no es un simple mecanismo para liberar de culpa a quien nos ha ofendido, el perdón fue hecho para que yo sea libre de la amargura que dejó esa acción en mi corazón. Yo puedo decidir perdonar a alguien que no está arrepentido de verdad de haberme dañado, porque mi intención (en cuestión de prioridad) al perdonar, no es que esa persona quede libre de culpa, si no que yo quede libre en mi interior, que yo tenga paz, que yo pueda vivir bien, que haya desatado la cuerda que me tenía sujeto al muelle. Y luego, como consecuencia, las personas quedarán libres de culpa y de todo remordimiento al liberarlas con nuestra palabra y corazón.
No se ustedes pero yo he escuchado cientos de veces aquella frase: "yo perdono, pero no olvido", y pensamos en realidad que si no olvidamos, es debido a que quizás no hemos perdonado de corazón, pero esto también es un error, porque el perdón no implica que debemos olvidarlo todo (aunque si lo hacemos sería mucho mejor)
Mi padre me dijo hace muchos años: “el perdón no produce amnesia” y a la verdad no es indispensable que olvidemos para perdonar, puedo perdonar y estar consciente del daño que se me hizo, pero he decidido que ya no me va a afectar nunca más en mi vida. Es en este punto donde el recordar se convierte en un testimonio viviente del amor, restauración y misericordia de Dios.
Efesios 4:31-32 dice: Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritos y calumnia, junto con toda maldad. Más bien, sed bondadosos y misericordiosos los unos con los otros, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
Cuando tú decides perdonar de una vez y por todas a alguien, es indispensable que lo confieses con tu boca. Quizás vayas cómodamente conduciendo y escuchando música y de pronto pienses: "yo necesito perdonar, debo perdonar porque quiero ser libre de lo que otra persona me haya hecho en su momento", pero no es suficiente con el simple hecho de pensarlo, debes confesarlo con tu boca, ya que hay una inmensa y marcada diferencia entre pensarlo y hablarlo.
¿Sabías que en nuestra boca se encuentra el poder de la vida y de la muerte, el poder para atar y desatar. ¡Confiésalo!, y cuando lo hagas te aseguro que sentirás esa libertad extrema, ese peso extra que se va de tu corazón, tal vez acompañado de muchas lágrimas, tal vez acompañado de profunda tristeza y de inmenso dolor, pero finalmente podrás experimentar la libertad y aquella paz que sobrepasa todo entendimiento.
En mi caso, déjame contarte que aquella misma tarde, sentado en el baño, con lágrimas en mis ojos pero con serenidad en mi corazón; pude perdonar a todas las personas que en aquella etapa de mi vida me habían causado demasiado dolor. Y pude liberar finalmente mi corazón, pero también fui capaz liberarlas de toda culpa o remordimiento que pudiera existir en su vida.
Quizás en estos momentos, varios nombres o recuerdos te estén cruzando por tu mente, esos sucesos que te marcaron de por vida, aquellas lágrimas que derramaste al ver un corazón en el suelo hecho pedazos; y estés pensando que debes perdonar pero también liberar.
Y ¿sabes? El motivo primordial de que en esta semana yo haya tomado la decisión de escribir acerca del perdón es para ayudarte, que identifiques plenamente la herida específica que te hicieron, y a la persona que te lo ocasionó. Que decidas perdonarla a pesar de lo que sientes en tu corazón. Que puedas confesar con tu boca ese perdón aunque estés sólo leyendo este Blog. Recuerda perdonar, liberar tu corazón y liberar a todas aquellas personas que te han herido a lo largo de esta vida.  No olvides acercarte a Dios y decirle desde el fondo de corazón:
"Señor, yo decido perdonar, quítame lo que siento, borra de mi corazón estas heridas y dame un corazón nuevo. Te entrego el mío, ven a mi vida Jesús, a ti te lastimaron profundamente, a ti te dañaron y pudiste decir al Padre: "perdónalos porque no saben lo que hacen” y quiero seguir tu ejemplo, ¡Señor, yo te pido con todo mi corazón: perdona a esta persona, porque me lastimó profundamente, y llévate de mi corazón este amargo sentimiento!, La Perdono y la Libero en el nombre de Jesús
Por último no olvides que también nosotros hemos lastimado a mucha gente, con intención ó sin ella, hemos herido profundamente el alma de nuestros seres queridos y gente al rededor; debes pedirles perdón. Si no puedes hacerlo personalmente, haz uso de una llamada telefónica, de una carta, de un correo electrónico ó de una tarjeta, y dile con toda honestidad: "yo te lastimé en aquella ocasión, con esto y con está otra situación, te pido de corazón que me perdones y me liberes", si la persona te perdona ó no, ese no es problema tuyo porque tu ya eres libre de ese nudo. Tu y yo no podemos decidir que los demás desaten sus propios nudos.
En conclusión; el perdón es un mecanismo para que nuestro corazón sane de todas las heridas, para que nuestra sonrisa brille, para que nuestra vida vaya de aumento en aumento, para que todos nosotros seamos libres. Pero sobre todas, para que tu y yo, al final del camino podamos colocarnos frente aquellas personas que nos han lastimado y expresarles bajo el incalculable amor de Dios:

Tu, pensaste hacerme mal, pero Dios lo encaminó para bien, para hacer (después de este proceso doloroso) lo que vemos hoy.  Ahora pues, no tengas miedo. Porque yo te amaré y ayudaré  a ti y a tus hijos. (Paráfrasis de Génesis 50:20)



Agradezco de todo corazón las oraciones, el apoyo y colaboración especial de:

Ana Gabriela Hernández, Jacqueline Paola Tax, Rafael Ayala y Stacy Cook Carson.


Te invito a que conozcas y leas más de Ana Gabriela visitando su Blog: www.lasconfesionesdelbano.blogspot.com

sábado, 12 de mayo de 2012

Por en medio de tus “H-errores”


Por: Jose Echeverría

Ya se, Ya se… Errores se escribe sin H, pero cuantos no hemos escuchado que errar es de humanos. Todos lo hacemos, consciente e inconscientemente y puedo asegurarte que en lo que va del día ya hemos cometido más de alguno.

Pero ¿Puede alguien marcar una diferencia con su vida aun después de haber cometido un abrumador error? Esta es la clase de cuestionamientos que muchos nos hacemos luego de haber metido la pata” (como se dice chapínmente)

En la Biblia descubrimos mucha gente que fracasó, otros que por causa de su fe fueron llamados amigos de Dios, unos por su testimonio y algunos otros por su apologética fueron martirizados pero honrados por el Padre como recompensa de su ardua entrega, labor y pasión por Jesucristo.

Hace unas semanas, empecé a leer un libro escrito por John Pollock llamado: “El Apóstol – La vida de Pablo” donde relata de forma asombrosa cómo este hombre de baja estatura pero con voluntad ciclópea alborotó el mundo hablando de la altura, profundidad y la anchura del amor de Cristo.
Pablo, un hombre cuyo mensaje ha ejercido influencia sobre diecinueve siglos de la humanidad tuvo conflictos y se encontró con una persona que pudo “trascender después de su enorme fallo”
Me refiero a Juan Marcos, aquél que se equivocó dos veces antes de que finalmente entendiera las implicaciones de ser Discípulo de Jesús. No obstante, es posible que ese record sea mejor que el promedio, Juan Marcos nos muestra un buen ejemplo del hecho de que la gente no hace un impacto para Cristo cuando cae sino cuando se levanta por la gracia de Dios.
En la Biblia, conocemos mejor a Juan marcos por su segundo nombre, el cual identifica el Evangelio que escribió usando a Pedro como una de sus fuentes.
En ese evangelio nos ofrece un sutil cuadro de su propio discipulado incierto la noche que Jesús fue traicionado. Y es que (Marcos 14:51-52) menciona a un joven discípulo que huyó desnudo después que lo habían aprehendido.
Años más tarde Pablo y Bernabé estaban preparando su primer viaje misionero y escogieron a este chico para que viajara con ellos como ayudante. Durante el viaje se desanimó y volvió a casa. En la siguiente misión Bernabé quiso hacer un segundo intento con Marcos, pero Pablo se opuso. Los dos Gigantes se separaron. Pablo viajó por su cuenta pero Bernabé se quedó ayudando a Marcos a crecer en su fe. Entiendo sin ningún lugar a duda que es aquí, en esta parte de la vida de Juan Marcos, donde logramos comprender que el seguimiento, la restauración y la dedicación pastoral implican una importante repercusión y hace que los caídos se levanten en medio de un proceso obviamente doloroso pero al final eternamente glorioso. Casi al final, Pablo reconoció que Marcos había llegado a ser una verdadera adquisición para la causa de Cristo. Tomó tiempo, pero Juan Marcos hizo un impacto.

Todos cometemos errores. Y todos los errores tienen sus consecuencias, algunas malas, algunas buenas. Pero cuando tú “decides” seguir a Jesús descubres la necesidad de crecer a través de tus fracasos. El viaje a la madurez (el camino a marcar la diferencia) te lleva directamente por en medio de tus errores.

Cuando algún recuerdo, remordimiento o fantasma de tus equivocaciones venga a tu mente y te quiera hacer claudicar al llamado que Dios ha puesto en tu corazón, recuerda a Juan Marcos; aquel chico que huyó desnudo y abandonó a Jesús; aquel que se arrepintió a la mitad de un importante viaje misionero; no obstante fue el mismo que se levantó por misericordia de Dios y fue reconocido años más tarde por el Apóstol Pablo como “útil para el ministerio” (Por favor lee: II Timoteo 4:11)
Camina siempre al frente, pon tus ojos en Cristo y levántate cada día por la gracia y eterna misericordia de Dios. “Porque está permitido caer, pero está prohibido no volverse a levantar”





Pollock, John. “El Apóstol – La vida de Pablo” 2001 Editorial Vida
Op. Sit. La Biblia Extreme del Joven Radical – 2002 Editorial Caribe. Thomas Nelson, Inc. 

viernes, 11 de mayo de 2012

Te has preguntado ¿Quién es Dios?

Por: Jose Echeverría


Dios es la melodía que transforma en felicidad el pentagrama de mi vida.
Como aquella sinfonía de colores y sonidos que estallan al unísono provocando una sonrisa en la soledad.
Cada acorde de amor que su voz pronuncia con delicadeza, es simplemente AMOR!
Dios es el sonido suave y apacible que recorre los sentidos y me eriza la piel
Es la escala de acordes perfecta y el aroma de canela en el pastel.

Dios es el color del Universo, la profundad del mar. Dios es la luz del sol por las mañanas, aquel calor que quema e incomoda, recordándome a cada instante con su abundante amor, con su gran ternura, con esa gran pasión: YO ESTOY AQUÍ

Dios es Dios, y su voz es amor hecha canción 
¿Lo puedes escuchar?





lunes, 7 de mayo de 2012

Como Saco de Sal

Por: Jose Echeverría

Existe un refrán británico que cuando lo escuché por primera vez me hizo recordar los hermosos momentos que pasábamos con mi madre cocinando y hablando. Y es que dice que: “Conocer a una persona es como comerse un saco de sal” y aunque habla de sal, este dicho no tiene nada que ver con la cocina en este artículo, sino por el hecho de conocer a las personas.
Anteriormente escribía acerca de la importancia que tiene el CONOCER a Dios cada vez más y la palabra nos enseña a amarlo con todas nuestras fuerzas, mente y corazón, pero ¿qué hay de los demás?

Supongamos que tenemos un saco de sal en nuestra alacena, y si tomásemos una pizca de ella por cada tiempo de comida, apuesto que pasarían varias décadas para poder al menos acabarnos una buena parte de la gran bolsa. De igual manera es poder conocer a una persona.

 No puedes conocer a totalidad su comportamiento, sus emociones, sus actitudes y mucho menos su forma de pensar. E  imposible aun hacerlo en tan solo un par de días. Requerirá tiempo, compañerismo, alegrías, tristezas, enojos y muchas veces lágrimas que dolerán demasiado.
Pero sin lugar a duda va depender de nuestra madurez el escoger seguir conociendo a esas personas que consideramos especiales o simplemente darnos la vuelta y alejarnos para evitar muchos problemas futuros. Debemos recordar que Proverbios 27:17 también nos enseña que hierro con hierro se aguza, así también nosotros tratamos con el carácter y la vida de nuestros hermanos y amigos cuando decidimos quedarnos a su lado y conocerlos mejor.
En esta época de mi vida, Dios ha permitido que yo conozca gente con características especiales. En Destino Internship Program tengo hermanos serios, risueños, inquietos molestones, callados, enojones, pacifistas y tanto como pudiéramos imaginar. Y aun que llevamos un buen tiempo conviviendo juntos casi las 24 horas del día, existen detalles que jamás habíamos visto en sus sentimientos y carácter, como le dijo Reepichip a Eustace en las Crónicas de Narnia, La travesía del viajero del Alba: -Eres un gran y hermoso enigma-

 ¿Y si hablamos de sentimientos? ¿y si hablamos de ese quisquilloso tema? Conocer a una persona en el noviazgo es totalmente distinto a conocerlo dentro de una amistad. Muchas veces las personas pretenden ser distintas y mejores en ese proceso de noviazgo y enamoramiento, por temor a que la otra persona se entere del gruñón, celoso, mal encarado que llevan dentro y supongo que esa etapa es cuando más honestos debemos ser. Bien lo dijo mi mejor amigo y padre espiritual Paulo Yumán: -La mejor etapa para conocer a “esa persona” es la amistad y el matrimonio, jamás dentro del noviazgo-

 


Mientras pensaba en esto vino a mi mente y me hizo ver la esencia lógica de uno de los diálogos más Cursimente Románticos de la película “Big Fish” protagonizada por Ewan McGregor, (Y el Pepe hablando de cursilerías)  En donde se encaminó hacia la ventana de la mujer de sus sueños, y luego de colocar cientos de flores frente a la casa de la chica grita hacia la ventana: -¿aceptarías casarte conmigo?- con muchísima inseguridad pero conmovida a acceder por la firmeza de su corazón, ella contestó: -Pero si no me conoces- y es aquí donde yo podría colocarme frente al público vestido de gala, abrir el sobre blanco y decir por el micrófono: -Y el Oscar para mejor respuesta es para: (ruido de tambores) ¡¡Ewan McGregor!! Ya que el tipo le contesta una verdad tan atemorizantemente sensata “tendremos toda una vida para conocernos”  

 


 He conocido mujeres que se las llevan de finas pero se frotan el catalogo de AVON para perfumarse, hombres que pretenden llamar la atención de las mujeres con un machismo absurdo y estúpido, sin entender que el corazón tierno y delicado es aprobado tanto por ellas como por Dios. Pero sin embargo he tenido la bendición de conocer personas que han impactado mi vida con su humildad, su madurez y corazón tan noble aun teniendo un liderazgo gigantesco, alta posición económica o un físico y/o belleza envidiable.
Al conocer personas jugamos con nosotros mismos, ya que no sabemos lo que vamos a encontrar y es como si condujéramos un automóvil en medio del camino con mucha niebla.

 

En lo personal me he llevado unos fiascos exorbitantemente espantosos al conocer personas, pero no hace mucho tiempo tuve la dicha y la bendición de conocer a una persona que ha trastornado mi corazón y mi perspectiva de ver la vida. En varias ocasiones y en forma de broma le he dicho que es mi “Villana Favorita” ya que se trata de una Cirujano Dentista; y como es obvio y no va de más el mencionar que yo jamás salí de mi etapa de niñez, siento cierto temor por tan “especiales personas con dicha profesión”  
El día de hoy mientras ella y yo hablábamos me hizo reír tanto con unos cálculos matemáticos que realizó. Ella logró estimar que ha vivido 7,665 días, lo cual serían 183,969 horas, es decir unos hermosos 11,037,600 minutos hasta el día de hoy. Su corazón ha latido aproximadamente 883,008,000,000 veces y ha respirado 220,752,000,000 veces. Y ambos llegamos a la conclusión de que Dios ha sido el responsable de todos esos números y que faltan muchos más por vivir, y casi al final de nuestra conversación me tomé la tarea de pronunciar para la eterna memoria, no solo de ella sino que para ambos (y en este caso para los que leen) “Que cada latido sea un reflejo de la gloria del Padre y cada respiro sea una expresión de alabanza a su nombre”   
(por cierto, "feliz cumpleaños Dra")
Si tan solo ese pensamiento habitara en la mente de todas las personas, seguramente esas horas, minutos, segundos, latidos y respiros serían de agradable bendición a nosotros y para aquellos a quienes estamos conociendo. Y como consecuencia de pensar de esa manera y sin ningún temor a duda podríamos cambiar el refrán británico anterior (tal y como yo lo hice con mi villana favorita) y decir: “Conocerte a ti es como disfrutar de un enorme jarrón de miel”